sábado, 19 de mayo de 2012

La Cinemateca Sur se llena de vida con Emir Kusturiça



El realizador y músico serbio concentra el tercero ciclo en la Cinemateca Sur. Емир Кустурица en su idioma natal (se pronuncia Émir Kústuritsa) es, además de cineasta, un rockero de reconocida trayectoria con su banda The no smoking orchestra. Premiado varias veces —tres de ellas en Cannes, siendo el único director del mundo con ese récord—, se ha convertido en uno de los cineastas icónicos del oriente de Europa y del mundo entero.
Kusturiça, además, adora el fútbol: estuvo a punto de ser jugador profesional, viste camisetas de distintos equipos o seleccionados cuando sube a los escenarios a tocar su guitarra y rinde algún homenaje, cada que puede, al magnífico deporte de la pelota, los pórticos y los 22 gladiadores.
“El fútbol resulta, en esencia, el único juego extremadamente bien diseñado en el espacio. Es compleja anticipación y abstracción, pero lo que más me atrae es su sentido de geometría, la utilización del espacio para, de múltiples formas, avanzar con el más sofisticado círculo-esfera que existe: la pelota. El balón es un pequeño planeta, el único planeta que el hombre podría dominar”, explicó en una entrevista para La Nación de Chile.
En ese coloquio estableció asimismo la relación que para él tienen el cine y el fútbol: “El cine, aunque no lo parezca, posee el mismo problema que el fútbol: proporción, espacio y tiempo. La mayor parte del cine de hoy no respeta esto, pues se preocupa, con close ups de tv, de la estética de los ojos y de las conductas de las grandes estrellas. No se preocupa de la arquitectura. ¿Qué hace al fútbol y el cine tan cercanos? La arquitectura. Todo partido de fútbol tiene sus propios arquitectos, y cada film tiene su propia arquitectura… El fútbol es un juego muy serio, una ebullición, y filmar una película es también una ebullición. En cada caso, tienes problemas sobre problemas que resolver y seguir jugando”.
Serán tres funciones diarias, a las 15:20, 18:30 y 21:30, en la Sala 16 del Mega Center.

Programa

Dom za vesanje (El tiempo de los gitanos, 1988; 19 y 28 de mayo). “Un joven gitano con poderes telequinésicos es seducido por el dinero fácil que le proporciona trabajar para la mafia”. [Todas las sinopsis incluidas en este artículo fueron extraídas del sitio FilmAffinity]. El crítico Aarón Rodríguez expone: «Es, de entrada, una película implacable. En todos los aspectos. Un ejemplo de cómo hay resortes innombrables en el alma humana que la cultura es capaz de modificar y potenciar con la propuesta de textos (fílmicos o no). Algo que nos confirma hombres y que, frente a la exposición de ciertas obras, parece encontrar cierto sentido y cierta dignidad. Kusturiça ha resultado ser un experto en la creación de tramas y ambientes capaces de fascinar. En apenas cinco o seis minutos de una secuencia elegida al azar (la boda imaginaria del protagonista, por ejemplo), hay todo un pequeño mundo que se desarolla y explota ante nuestros ojos.
Otra de las bazas fuertes de la historia sería, por supuesto, el maravilloso guión, un auténtico ejemplo de la construcción de personajes y de la creación de sensaciones desde dentro de la narratividad. Y en las interpretaciones, que vienen de actores no profesionales, cogidos de los suburbios por el propio Kusturiça con una efectividad que ya le hubiera gustado al neorrealismo italiano».

Arizona dream (El sueño de Arizona, 1993; 20 y 27 de mayo). “En un extraño y desolador paraje del desierto americano, un vendedor de coches convence a su sobrino para que trabaje con él. Allí conocerá a una mujer que le traerá serios problemas”. El Chapa, crítico y bloguista argentino, señala: «Algunas películas funcionan solamente si nos dejamos llevar por ellas. Nos presentan un mundo de imaginación surrealista que viene de la mente de sus creadores. Son difíciles de ver, especialmente cuando mezclan personajes reales que viven sus vidas a veces despiertos, o dentro de un gran sueño o de sus propios sueños…
¡Qué director! Conocido por su originalidad, el reconocido Emir Kusturiça le pone su propia firma a su película, colaborando en la historia que también debe haber soñado en parte; dándole vida al sueño con su cámara voladora, llena de giros inesperados y enamorada de sus alrededores. Lo que consigue son palabras mayores, aunque no todos podrían entenderlo y, consecuentemente, apreciarlo».

Maradona by Kusturiça (Maradona por Kusturiça, 2008; 21, 26 y 29 de mayo). “Documental sobre el famoso futbolista argentino Diego Armando Maradona”. Gabriel Quispe refiere: «Hacer un documental sobre una celebridad tan imponente como Diego Armando Maradona, cuando aún vive, implica a priori una visión incompleta, fragmentaria, parcial. Imagínense, en el filme de Emir Kusturiça falta el periodo 2008–2010: su polémico nombramiento como entrenador de la selección argentina, la cercanía a los Kirchner, la clasificación angustiosa al Mundial, los insultos a la prensa, la campaña en Sudáfrica, el cataplum a manos de los alemanes, su accidentada salida (…) Y qué más hará después.
Entonces no hay lugar a acercamientos abarcadores. El serbio imprime un tono ligero y tangencial. Se da el gusto de pararse delante de cámaras, no sin vanidad, en un clima de familiaridad con el divo que demora en aparecer en pantalla, precisamente porque el inicio recrea, sin Maradona de por medio, una melodía típica de las películas de Emir, cuyas escenas se insertan reiteradamente entre los recuerdos de pobreza y desenfreno del Diego. Son extremos de una trayectoria que el cineasta siente cercanos y presentes en su filmografía y disfruta citar.(…)
Por ello, la visión de Maradona by Kusturica, salvo chispazos como la confesión de los momentos claves de sus hijas que la drogadicción no le dejó vivir, padece serias lagunas y se sostiene sólo si aceptamos las escasas ambiciones de su emprendimiento. Debe ser la película menos lograda de su autor, y sin embargo, aparentemente, una de las que más ha gozado realizar».

Zivot je cudo (La vida es un milagro, 2004; 22 y 25 de mayo). “Bosnia, 1992. Luka, un ingeniero serbio de Belgrado, se ha instalado en una casa aislada con su mujer Jadranka, cantante de ópera, y su hijo Milos. Luka está preparándose para construir una vía ferroviaria que hará de la región un paraíso turístico. Pero, cegado por su trabajo y por su natural optimismo, Luka no presta atención a los persistentes rumores de una guerra civil inminente”. Carolina Larraín apunta: «En la primera mitad de la película, se juega constantemente con un vaivén de integración/desintegración o de aceptación/rechazo del espectador y cuesta entrar. Es interesante de todas formas que este recurso se usa en historia de Luka previo a su conocimiento de Sabaha, y que al iniciarse la relación de  Luka y  Sabaha, el relato se unifica y permite una paulatina integración del espectador. Es como si sólo nos dejaran entrar en la trama una vez que se inicia la “verdadera historia de Luka”.
La película conecta mucho con el teatro, en cuanto delata una cierta escenificación de corte más teatral que cinematográfico, dotando al filme de un uso del espacio y las materialidades de carácter singular. Hay una sublimación de la imagen que permite entrar en diversas dimensiones estéticas corporales y espaciales en las que parece que las características de los personajes permearan el trabajo de cámara. Se enfatiza lo grotesco, lo excesivo, lo esencial (en términos de personaje), lo maniático, lo carnal y sobre todo la materialidad de cada personaje (animal o humano) en el espacio fílmico. El manejo de cámara funciona muy bien con el sentido lúdico del film y su estrategia de montaje. (…)
A su vez, el tema del poder es tratado de forma ácida y severa, revisando el problema del dominio y los excesos que este conlleva, a través de experiencias del pasado reciente de los países de la ex Yugoslavia».


Por tratarse de la película que más me gusta del trabajólico Kusturiça, me extiendo un poco más con estos apuntes tomados por el propio realizador: “Para mí era difícil hacer una película de amor en tiempos de guerra, pero, para empezar, tuve la suerte de contar con dos rostros espléndidos: el de Slavko, que interpreta a Luka, que es la versión balcánica de Anthony Perkins, y el de Subaha, que resume la belleza rubia de las chicas eslavas. Además, me interesaba mostrar el curso de esos sentimientos y las relaciones con los demás personajes: el cartero torpe, el oficial que no sólo siente como un soldado, la vuelta de Jadranka y el regreso posterior de Milos, todo ello, con el fondo de la guerra, podía ser una mezcla explosiva. Era un reto que quise asumir. Hay gente que dice que es una película que parece antigua y creo que se podría definir como una película antigua contemporánea, en el sentido de que hemos resaltado las emociones en lugar de describir quién era o no culpable, lo que, en el caso de Occidente respecto a la guerra de Bosnia, era lo que estaba más de moda. En esta película hay una mezcla de géneros (de amor y de guerra): hay algunas escenas de guerra pero sólo como flashes, para dar una idea del contexto y reforzar las escenas íntimas, que también son muy difíciles. También me han dicho que mi película tiene un algo del cine de Frank Capra y para mí esto es un elogio, porque ése fue el mejor período de Hollywood y tanto su cine como el de Lubitsch representan para mí lo mejor de esa época. Por desgracia, ese tipo de cine se ha perdido, y unos pocos, entre los que me cuento, estamos luchando, como los últimos mohicanos, por recuperarlo. Es desolador comparar el cine norteamericano de los años cuarenta y cincuenta con el de los años ochenta y el actual. Al verlo, uno se pregunta si realmente es un progreso para la humanidad haber cambiado de esa forma tan estúpida, tan idiota. ¿O es la nueva ideología que emplea Hollywood al servicio de un mundo como gran empresa en el que lo mejor es no provocar en el consumidor —y no el ser humano, el ciudadano— ninguna reacción humana? Es falso que el mercado sea la única medida y el único regulador de nuestros procesos sociales y psicológicos. Es una idea falsa y no puede durar mucho tiempo”.

Crna macka, beli macor (Gato negro, gato blanco, 1998; 23 y 24 de mayo). “Grga Pitic, un mafioso gitano que controla los vertederos de basura, y Zarije, el orgulloso propietario de unas obras de cemento, son amigos desde la infancia. Ahora tienen ochenta años, han sobrevivido juntos a todo tipo de aventuras y se profesan un profundo respeto. Estando Zarije en el hospital, su hijo Matka acude a Grga para pedirle dinero. Él y su socio Dada lo necesitan para hacer un gran negocio vendiendo petróleo en el mercado negro. Pero las cosas salen mal y, entonces, Dada amenaza de muerte a Matka si no consigue que su hijo se case con su única hermana soltera. Pero, naturalmente, el chico está enamorado de otra”. Oswaldo Osorio, colombiano, puntualiza: «Hay películas que a uno le  parecen fascinantes, como ésta, por ejemplo, y sin embargo,  no sorprende ver a no pocos espectadores abandonarla mucho antes de que termine. Y es que además de fascinante, es también una película de excesos, lo cual esos desertores de butaca no deben considerar por cierto una cualidad. La verdad es que muchas veces no lo es, pero en casos en que esos excesos se apellidan Fellini, Almodóvar, Waters o Kusturiça, resultan ser, no sólo cualidades, sino elementos claves para  hacer de sus películas  una experiencia fascinante.
Con Gato negro, gato blanco, Emir Kusturiça vuelve a tomar como protagonistas a los gitanos de Europa Oriental, aunque al parecer esta vez centrándose más en su exotismo y cotidianidad, pero sin abandonar por completo, y  aunque sea sólo implícitamente, la reflexión crítica sobre esta comunidad en particular con la que tanta afinidad tiene. Pero el universo gitano que le vemos en esta película no es el de Cuando mi padre salió en viaje de negocios (1985) o el de El tiempo de los gitanos, al menos no en la forma de mirarlo y en el tono que utiliza para recrearlo, pues la reflexión, emotividad y el drama les ceden el paso a la extravagancia y el exceso, a la parodia y la comedia burlesca. De ahí que su argumento sea una anécdota casi sin importancia, un enredo de negocios  sucios, estafas y matrimonios arreglados, pero los elementos que la componen son vistosos, ingeniosos y veces poéticos, incluso interesantes desde el punto de vista antropológico. Por eso no es una película para quienes no gusten de los excesos y las puestas en escena poco convencionales, sino para los entusiastas de esos realizadores que crean con sus películas universos autónomos con sus propias reglas e imágenes. (…)
Pero en la película no todo es delirio y desenfado, porque en medio del jolgorio de sus fiestas y la exaltación de sus sentimientos de amor filial y romántico, a este pueblo de gitanos les resulta inevitable ocultar su marginalidad atávica y esa problemática disyuntiva entre lo que solían ser, lo que pueden ser y lo que los nuevos tiempos traen consigo. Y es que Kusturiça no podía dejar de sentar una posición ante la situación de su gente como lo ha hecho antes, no importa que ésta no fuera una película convencional, no importa que se tratara de una comedia apabullante y para muchos atosigante, de todas formas no hablamos de un director convencional y mucho menos de los que dejan contenta a toda la audiencia, lo cual suele suceder con esos autores que le apuestan a la originalidad y a su universo personal».

Underground (1995; 30 de mayo). “1941. Belgrado, Segunda Guerra Mundial. Marko y Petar, delincuentes y amigos, luchan contra los alemanes. Petar resulta herido y, para salvarse, se refugia en un sótano junto a un grupo de partisanos. Mientras tanto, Marko se convierte en un héroe y, terminada la guerra, será uno de los favoritos de Tito. Sin embargo, mantiene encerrado a su amigo durante veinte años asegurándole que la guerra no ha terminado; así, consigue alejarlo de Natalija, la chica que ambos aman. Cuando, por fin, Petar sale de su escondite se encuentra con otra guerra, esta vez entre serbios y bosnios; sólo ha cambiado una cosa: su país ya no existe”. Lucía Solaz comenta: «Esta película supone una revisión crítica, en tono satírico y tragicómico, de un sistema político y de la identidad de un pueblo. Un relato sobre la ambición y la dignidad, el sentido de la historia o las fronteras que separan la realidad de la ficción. (…)
Kusturiça encontró el embrión de la historia en un trabajo escrito (…)por Dusan Kovacevic, quien escribió una pieza para el teatro acerca de un hombre que mantiene escondido a un grupo de personas diciéndoles que la guerra continuaba, aún habiendo acabado. Esta es la única idea que se mantiene de aquella obra. El resto ha cambiado para reflejar una sociedad consumida por la mentira, por la manipulación de imágenes, de información y de personas, y para hacer una tragicómica disección de personajes que resultan al mismo tiempo simpáticos y aborrecibles.
Algunos de los paisanos de Kusturiça y ciertos escritores franceses han acusado la película de proserbia por el hecho de que no es antiserbia. Si algún anti hay en Underground es antigenocidio, en forma de antinazismo, antiestalinismo, antiticismo  y, sobre todo, antinacionalismo, sea éste de la parte de Yugoslavia que sea. La rodó en Belgrado, entre 1993 y 1995, porque sólo allí había medios para hacerlo. Lo que algunos le reprochan en el fondo es no ser anti ningún pueblo y sentir nostalgia de la armonía internacional en la que nació y creció. (…)
Underground es el filme de los perdedores, de estos pueblos llevados por la Historia, mantenidos en la ignorancia, que salen de repente de un sótano y que la luz ciega y vuelve locos. Es también el filme de una cultura de clanes, ancestral, tradicional, que entra violentamente en la modernidad sin tener ni la infraestructura ni los modos de pensamiento que le permitirían sobrevivir en el mundo postindustrial de la revolución de la información».
El ingreso para cada función es de Bs 25.



IMÁGENES: INTERNET.

viernes, 18 de mayo de 2012

La Cinemateca participa en la 6ta. Larga noche de los museos



La Cinemateca Boliviana también estará presente en esta actividad que se va consolidando cada año. La entrada es libre este sábado 19 a partir de las 18:00.

SALA 3, JOSÉ VELASCO MAIDANA
Se presentará el documental de 30 minutos Children's and youth film competition 2010/2011 - Oberhausen Festival (con apoyo del Goethe Institute) a las 18:00.
Luego, el documental La casa de Murillo (Alberto Perrín Pando), obra restaurada recién por el archivo fílmico de la Fundación Cinemateca Boliviana, a las 19:00.
La proyección de los cortometrajes Historias con vida, 13 min. (Bolivia) y No m’oblidis mai, 29 min. (España), parte del ciclo Cine Memorial, y el acto de encendido de velas, se iniciará a las 19:30.
Y una diversidad de cortometrajes del Festival de Huesca cierra las actividades en esta sala, con inicio de la presentación a partir de las 21:00.

SALA 4, RENZO COTTA
La denominada sala del cinéfilo tendrá en principio la proyección de distintos cortometrajes seleccionados del catálogo de “Bolivia en corto”, durante dos horas, desde las 18:00. En esta selección estarán cortometrajes de ficción como El último paso (Juan Pablo Richter), Acto reflejo (Álvaro Olmos), Living Las Velas (Mauricio Durán) y el documental La bala no mata (Gabriela Paz).
El documental Movie award 2011 - Oberhausen Festival, de casi 50 minutos de duración, será exhibido a las 20:00 con el apoyo del Goethe Institute.
Y una selección de cortometrajes animados bolivianos llenará el écran de esta sala desde las 21:00.

SALA LUIS BAZOBERRY
Cuando sean las 20:00, en este espacio del segundo nivel se presentará el Ensamble de Cuerdas de la Fundación Bolivia Clásica, dirigido por la pianista Ana María Vera.

SALA MARIO MERCADO

El coqueto ambiente situado bajo el lobby de ingreso acogerá una muestra de Afiches y carteles de cine boliviano, que podrá ser visitada desde las 18:00 y durante toda la noche.

¡Los esperamos!


IMAGEN: CINEMATECA BOLIVIANA.

jueves, 17 de mayo de 2012

Cine memorial: tomar conciencia y evocar a los perecidos con VIH Sida



Bajo el lema “Recordar con dignidad a las personas fallecidas a causa del VIH” y en adhesión a la vigilia internacional, la Cinemateca Boliviana y Diegofilms presentan desde hoy y hasta el miércoles 23 el ciclo Cine Memorial, que incluye una selección de películas sobre VIH, para asimismo tomar conciencia sobre este mal. Las funciones son de ingreso libre y se realizarán cada noche desde las 19:30.
Programa
JUEVES 17
No m’oblidis mai, 29 min. (España)
El jardín de las columnas, 23 min. (Bolivia/España)
VIERNES 18
Elige siempre cara, 37 min. (España)
Invulnerable, 25 min. (España)
SÁBADO 19
Historias con vida, 13 min. (Bolivia)
No m’oblidis mai, 29 min. (España)
Acto de encendido de velas
DOMINGO 20
Amores de lumbre, 70 min. (Bolivia)
LUNES 21
Overdue conversation, 9 min. (EEUU)
No magic bullets, 59 min. (Reino Unido)
MARTES 22
Historias sin tiempo, 35 min. (Bolivia)
Elige siempre cara, 37 min. (España)
MIÉRCOLES 23
La vía sexual, 8 min. (España)
Vihsibles, 6 min. (España)
La prueba, 10 min. (España)
VIH Norte Sur, 32 min. (Bolivia/España)

LA LEY 3729 GARANTIZA EL ACCESO A TRATAMIENTO GRATUITO A PERSONAS CON VIH

IMÁGENES: ES.EURONEWS.COM, DIEGOFILMS.COM, AMBIENTEGT.BLOGSPOT.COM.

miércoles, 2 de mayo de 2012

Robert De Niro llega a la Cinemateca Sur



El actor, director y productor neoyorkino es el protagonista del segundo ciclo en la Cinemateca Sur. De acuerdo con su biografía, Robert Mario De Niro Jr. estudió arte dramático en el famoso Actors Studio con Stella Adler y Lee Strasberg. Su éxito en la pantalla grande se inició con Mean Streets (Malas calles, Martin Scorsese, 1973), aunque había debutado años antes.
Invirtió en el sector de Tribeca en su ciudad natal, lo cual incluye la productora Tribeca Productions y el Festival de cine homónimo. También ha sido accionista del restaurante Rubicon en San Francisco, junto a Francis Ford Coppola y Robin Williams.
Serán cuatro funciones diarias, a las 12:10, 15:00, 18:00 y 21:00, en la Sala 16 del Mega Center.

Programa
Taxi driver (Martin Scorsese, 1976) se presentará el jueves 3. El crítico AdriánMassanet dijo: «Scorsese filma con una puesta en escena alucinatoria, serena pero muy tensa, compasiva pero salvaje. Ayudado en labores de cámara por el operador Michael Chapman, que no en vano firmaría aquí, junto a la venidera Toro salvaje (Raging Bull, 1980) su mejor trabajo, Scorsese alcanza la perfección técnica absoluta en la planificación y el montaje, y la maestría total en el ritmo, el tono y el punto de vista de la historia. Nueva York como una ciudad inhóspita, gélida y llena de peligros, que a través del punto de vista (cada vez más demente) de Travis, se convierte en un infierno que él, ángel exterminador, debe purgar. Y aunque Scorsese comprende en parte a su protagonista, bajo ningún concepto comparte su visión del mundo. Es decir, nos invita a seguir a este taxista, pero nos deja bien claro que no se identifica con él, al contrario de lo que han querido ver algunos críticos. En ningún momento, salvo en los planos fantasmagóricos de las luces de la ciudad, obtenemos planos subjetivos, que imiten la mirada del personaje central. Terminamos sospechando que su extrema alteridad es la razón fundamental por la que el curioso impenitente de Scorsese nos narra esta historia».

Awakenings (Despertares, Penny Marshall, 1990) estará en la sala el viernes 4. Inma Ruiz refiere: «Cuando alguna gente habla de sensiblería y lágrima fácil en Despertares me pregunto cómo harían ellos una película sobre un grupo de personas catatónicas que de repente despiertan a la vida gracias a un tratamiento experimental. Me pregunto si serían capaces de hacerlo con asepsia total, o cómo afrontarían la intensa carga emocional de una historia como ésta.
En fin, para mí es evidente que el propio hilo argumental conlleva inexorablemente ese exacerbamiento de las emociones. Y conste que creo que hay una gran contención interpretativa; por ejemplo, Robin Wiliams está irreconocible por lo sobrio y modosito. De Niro está imponente, aunque por supuesto a él no se le puede pedir contención para su personaje, dado que padece contínuos tics, convulsiones y espasmos musculares de todo tipo. Con todo, creo que hace una interpretación memorable, dotando al personaje de un punto entre tierno y rebelde como sólo él podría darle».

El sábado 5 llegará la exquisita The Mission (La Misión, Roland Joffé, 1986). José Guix apunta: «Lo primero que sorprende es la escasez de diálogo. Se trata de una película de casi 130 minutos y gran parte de la misma transcurre sin que los protagonistas hablen, al menos no con la boca. Los paisajes, la música y los gestos o acciones de los actores bastan para transmitir un mensaje cargado de fuerza. De hecho en la versión original hay momentos en que las voces se oyen más bien poco y quedan en cierto modo ahogadas por el sonido de la lluvia, de las cataratas, de la selva... pero eso no impide que sepamos entender en todo momento lo que se nos quiere transmitir. […]
La Misión es un reflejo del ser humano condensado en la figura de Rodrigo Mendoza. Hombre ultraprotector con su hermano, cuyas necesidades siempre antepone a las propias, Mendoza cae consumido por los celos y la rabia que le llevan a matar precisamente a la persona que más ama en el mundo. A partir de ahí se siente perdido, lleno de ira ciega e incapaz de perdonarse a sí mismo. Es un ser humano sumido en la más absoluta oscuridad hasta que encuentra al padre Gabriel, quien le reta y le anima a seguir adelante pero, cargando con su culpa hasta que la vida y Dios le rediman de sus pecados».

Angel Heart (Corazón de ángel, Alan Parker, 1987) se exhibe el domingo 6. Luis Cifer comenta: «Corazón de ángel es un film fascinante de trama laberíntica y visualmente inquietante. Empieza la peli como la típica historia de cine negro: años cincuenta, un tipo ha desaparecido y el detective Harry Angel es contratado para encontrarlo. Un caso anodino que se va complicando cada vez más, entrando en juego ritos satánicos y magia negra. La sombra de la muerte parece seguir al detective allí por donde pasa, todo el que tiene alguna relación con el caso aparece asesinado. […]
El director Alan Parker (Fame, The Wall, Birdie, Evita) nos ofrece un film oscuro, sucio, lleno de sangre, magia negra y sexo. Incluso hay alguna escena que combina todo ello de forma aterradora y fascinante (esas paredes sangrantes son inolvidables). Parker plasma en imágenes una pesadilla llena de metáforas religiosas. Como toda buena película sobre el satanismo (La semilla del diablo sería otro buen ejemplo), en ningún momento tenemos la total certeza de que lo visionado sea real, todo podría ser un mal sueño o una alucinación. No vemos nada sobrenatural pero la presencia del mal es cada vez más evidente. La eterna lucha entre la razón y la superstición se va decantando de parte de la segunda».

This Boy’s Life (La vida de este chico, Michael Caton-Jones, 1993) llenará el ecran el lunes 7. La reseña en decine21 expone: «La labor de Michael Caton-Jones (Memphis Belle, Doc Hollywood), traspasar el espíritu de la novela de [Tobias] Wolff al celuloide, no se presentaba sencilla. Es cierto que él y Robert Getchell, el guionista, han vertebrado bien la película. No han inventado, aunque haya una explicitud en diálogos soeces o erotismo, no presente en el libro de Wolff. Han debido optar, eso sí, por unas cuantas de las anécdotas que conforman la novela, y omitir otras. E hilarlas de vez en cuando con la voz en off del protagonista. Pero a pesar de esto último, la película pierde esa mirada en primera persona, la ternura propia de la evocación. Y los hechos se muestran desnudos, el humor que les acompaña es demasiado irónico, casi negro. El tinte que adquiere la historia es, decididamente, desgarrado y poco atractivo.
La película tiene aciertos parciales. Fija bien su atención en las insensateces que es capaz de cometer un adolescente, más si la atención que le prestan sus padres no es toda la debida. Está bien tratados los intentos de una madre desorientada por comunicar con su hijo; y la amistad entre éste y Arthur, el chaval ‘mariquita’, más auténtica que la tiene con su pandilla. También se subrayan los esfuerzos del protagonista por ingresar en un instituto».

Wag the dog (Mentiras que matan, Barry Levinson, 1997) se muestra el martes 8. Alexandra Perdomo señala: «El aspecto más importante a destacar es cómo se modela a los ciudadanos de un país —haciendo uso de los medios de comunicación, principalmente de la televisión― con fines políticos. Otro asunto de interés es que, sin importar quién sea el presidente, un país no está en manos de un solo hombre. Detrás de él reside lo que Noam Chomsky llama «los dueños de la sociedad». Son quienes controlan el poder real —mucho más pesado—, quienes deciden y toman decisiones.[…]
En un ensayo titulado El control de los medios de comunicación, Chomsky divide la sociedad en tres categorías. La primera de esas categorías es el «rebaño desconcertado», el conglomerado de los ciudadanos; la segunda está compuesta por una «clase especializada», entrenada para trabajar eficientemente al servicio de la tercera categoría, es decir, al servicio de los «dueños de la sociedad». En Wag the Dog son retratadas cada una de las tres categorías».

Raging Bull (Toro salvaje, Martin Scorsese, 1980) cerrará el ciclo el miércoles 9. Malabesta puntualiza: «Scorsese, con ánimo entre otras cosas de diferenciarse de la miríada de películas sobre el boxeo coetáneas con la suya (sólo en 1980 se estrenaban 8) decidió rodarla en blanco y negro (con algunas escenas en color). A pesar de ser una película de deportes, Martin no estaba demasiado interesado en ellos, por lo que las escenas de boxeo están rodadas de una manera un tanto desangelada (no por ello menos cuidadosa) salvo cuando éstas aportan algo a la evolución de Jake (sus enfrentamientos con Sugar Ray Robinson, que marcan el devenir de su carrera). Por lo demás, decir que a pesar de que De Niro se tomó muy en serio su entrenamiento para la película (llegando a participar en tres combates profesionales, de los que ganó dos) sus partenaires parece que no se lo tomaban tanto, por lo que en algunos combates uno tiene la sensación que tenía cuando veía los enfrentamientos entre Hulk Hogan y El Último Guerrero.
Sin duda el factor determinante del éxito, además de la mano de Scorsese, está en el protagonismo de De Niro. A falta de saber si su encarnación de La Motta es fiel al original o no (puesto que a mí el mundo del boxeo no me interesó ni cuando Poli Díaz se peleaba con Mickey Rourke), si se puede decir que sin duda es su mejor papel. No sólo porque en general el resto de su carrera haya ido evolucionando hacia un encasillamiento y una repetición de sí mismo bastante lamentable, sino porque resuelve el papel con holgura, haciendo creíbles todas y cada una de las escenas, incluyendo la un La Motta cincuentón y muy entrado en carnes; casi con treinta kilos más, apenas se reconoce a De Niro, a pesar de que el maquillaje sólo ha transformado su nariz. No obstante, se llevó el Oscar de su año, en justa lid con el John Hurt de El hombre elefante, entre otros».

El ingreso para cada función es de Bs 25.

IMÁGENES: INTERNET.

martes, 1 de mayo de 2012

Las historias urbanas llegan al ritmo do samba



Documentales y cintas de ficción alternan este mes en los Miércoles de cine brasileño en la Cinemateca Boliviana. Se trata, de alguna manera, de mirar a las ciudades y las historias, pequeñas y grandes, que se generan en su interior, donde millones hacen lo suyo para sobrevivir, que puede ser casi nada o ponerles cada día en riesgo de perder la vida.

Este 2 de mayo se presenta Ônibus 174, dirigida por José Padilha y Felipe Lacerda en 2003. La sinopsis incluida en el folleto del ciclo dice: “Documental basado en un trágico episodio acontecido el 12 de junio de 2000 en Río de Janeiro, cuando el bus 174 fue tomado por un joven armado, Sandro do Nascimento, intentando matar a todos los pasajeros, evento que fue televisado al vivo por varios canales de televisión. El documental se centra en el incidente a través de entrevistas enfocadas en Sandro do Nascimento, su niñez y cómo su vida cambió hasta que él se transforma en un bandido”.

El 9 se proyectará 5x Favela, Agora por Nós Mesmos, creación colectiva de 2010. “La película se crea en episodios, son cinco, independientes, con miradas distintas sobre las personas y la vida en las laderas. Los directores, guionistas y muchos de los actores vienen de proyectos como: Oficina Cidadela / Cinemanero (Favelas da Linha Amarela), CUFA – Central Única de Favela (favela Cidade de Deus), Afroreggae (favela Parada de Lucas), Observatorio de Favelas (favelas del Complexo da Maré), Oficina Nós do Morro (favela de Vidigal)”. Son cinco historias: Fonte de Renda (Fuente de ingresos, dirigida por Manaira Carneiro y  Wagner Novais); Arroz com Feijão (Arroz con frijoles, Cacau Amaral y Rodrigo Felha); Concerto para Violino (Concierto para violín,  Luciano Vidigal); Deixa Voar (Deja volar, Cadu Barcelos), y Acende a Luz (Encienda la luz, Luciana Bezerra). El periódico español El País le dedicó un artículo a esta interesante experiencia.

Para el 16 se prevé Tropa de Elite, realizada en 2007 por José Padilha. “El capitán Nascimento (Wagner Moura) está al mando de un escuadrón del Batallón de Operaciones Policiales Especiales (BOPE), un cuerpo de élite de la policía de Río de Janeiro. Su misión es actuar en las favelas, en las que la policía, por miedo o por corrupción, no interviene. Nascimento quiere dejar su puesto, ya que está a punto de ser padre, pero antes necesita encontrar un sustituto adecuado. Con ese fin comienza a instruir a dos policías honestos y amigos desde la infancia: Neto, que es un hombre de acción, y Matías, que estudia Derecho porque cree en la ley. Juntos entrarán en el BOPE y cumplirán sus misiones hasta las últimas consecuencias”. Suceso de taquilla y ganadora del Oso de Oro en Berlín.

Tropa de Elite 2- O Inimigo Agora é Outro, producida en 2010 bajo la dirección de José Padilha, se exhibirá el 23. “Nascimento se enfrenta a las milicias, un nuevo problema que ha plagado a Río de Janeiro. No tarda en tener enfrentamientos con el sistema que controla el estado, el equilibrio entre el reto de pacificar la ciudad y hacerse cargo de Rafael (Peter Van Held), su hijo adolescente, y Rosane (Maria Ribeiro), su esposa. A su lado cuenta con el apoyo de Matías (André Ramiro), elegido para sustituirle en el BOPE”. Se convirtió en la película más taquillera del cine brasileño hasta ahora.

O Homem do Ano, realizada por José Henrique Fonseca en 2003, cierra la muestra del quinto mes el 30. “Una ingenua apuesta entre amigos transforma a Máiquel, un hombre común, en un asesino. Máiquel se deja llevar por los acontecimientos y se convierte en el héroe de toda una ciudad, respetado por bandidos y polícias, y amado por las mujeres, hasta que comete su primer error y se ve forzado a tomar las riendas de su destino”. Está basada en la novela Killer, de Patrícia Melo.
Todas las funciones son gratuitas y se inician a las 17:30 y 19:00 en la Cinemateca Boliviana.

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