domingo, 17 de octubre de 2010

El Lenguaje de las Historietas y el Cine: un valioso aporte póstumo de Luis Espinal


Era cultor y promotor de la crítica cinematográfica. Salía de ver una película en el 6 de agosto y estaba próximo a llegar a su casa en Miraflores, cuando los paramilitares lo subieron a un jeep y se lo llevaron al matadero de Achachicala, para torturarlo y matarlo cobardemente.
Luis Espinal Camps S.J. (4 de febrero 1932 – 21 de marzo 1980). Cineasta, comunicador, activista por los derechos humanos y sacerdote jesuita. Dejó varios aportes a la cinematografía nacional, como la serie de textos Cuadernos de Cine y sus dos volúmenes sobre historia del cine mundial.
Fue asistente de dirección en el rodaje de Chukiago y quedan por ahí datos de algún trabajo audiovisual suyo. Pero también quedaba un libro inédito. Un texto que combina las historietas –esas que antes se hacían más por estos lares y, desde luego, también se consumían más– con el cine. Ó, para decirlo en otras palabras, una especie de curso intensivo para hacer buenos storyboards, poco menos que imprescindible para cualquier ciudadano que quiera hacer cine en serio (porque levantar y encender una cámara hasta un niño lo hace).
Ese libro, que se denomina El Lenguaje de las Historietas y el Cine, trata de subsanar, como expone Pedro Susz, el analfabetismo audiovisual en que se mueven las y los estudiantes de escuelas y colegios –incluso universitarios– hasta el día de hoy. Nadie niega que en la actualidad somos prácticamente bombardeados con contenidos audiovisuales –televisión, internet, videojuegos, cine, etc.–, pero asimismo, en tanto esos conocimientos instintivos no sean sistematizados, de poco o nada sirven.
“Por eso, no obstante el tiempo transcurrido, la publicación ahora de aquel trabajo inédito de Espinal, lejos de ser una suerte de nostálgico rescate arqueológico es un aporte importantísimo a la cultura audiovisual. Recordando que ese quehacer constituye hoy por hoy un nutriente esencial del imaginario colectivo y que no es dable pensar en la configuración de la identidad colectiva al margen del peso que lo audiovisual posee en el conjunto de ingredientes que hacen a esa construcción permanente. (…)
Así, al margen del homenaje siempre necesario al maestro Espinal, esta publicación de la Cinemateca Boliviana da al mismo tiempo continuidad a una de las tareas medulares del Archivo Nacional de Cine de Imágenes en Movimiento, cual es la formación de un espectador crítico y por tanto libre, porque sin ejercicio del criterio propio no existe sujeto en pleno uso de su libertad” (extractos del Prólogo por Pedro Susz).
El texto se presentará en sociedad este martes 19, en la sala Luis Bazoberry de la Cinemateca Boliviana, a las 19:00. La publicación, de 22x17 cm, fue posible gracias al auspicio de la Fundación Simón I. Patiño y el Espacio Simón I. Patiño.
IMAGEN: CINEMATECA BOLIVIANA.

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