jueves, 15 de septiembre de 2011

“Para la Tierra pronto llegará el día en que ni siquiera exista un rasgo humano”


Nació en Monterrey, México, en 1982. Estudió ingeniería industrial y en 2005 realizó De nadie (2005), su primer largometraje documental, que recibió el Premio del Público en Sundance 2006 y un Ariel de Plata de la Academia Mexicana de Cine. Es Tin Dirdamal, el realizador del documental Ríos de hombres, que se estrena hoy en la Cinemateca Boliviana.
Este documental, que ha recibido varias becas, entre ellas del Sundance Institute y el Tribeca Film Institute en los siete años que duró su realización, se exhibirá en las salas Óscar Soria Gamarra —a las 19:30— y José María Velasco Maidana —a las 17:30 y 21:30.
Tin Dirdamal se define como “un hombre que hace cine no por virtud ni claridad sino por incapacidad. No tengo una educación formal porque cuando me di cuenta de su lógica repetida y errónea, decidí abandonarla. Mi contradicción me ha llevado a dar clases en la Fábrica, Escuela de Cine en Cochabamba. Tengo casi tres décadas de vida, he contemplado el suicidio un par de ocasiones —que es el tema de mi siguiente documental. Tengo un hijo que no está vacunado y que no pienso mandar a la escuela. He pasado largas temporadas de mi vida en completa soledad, en algún desierto de Arizona”.
A continuación el texto de una entrevista realizada por correo electrónico.
-       ¿Cuántos años de investigación te llevó hacer Ríos de hombres?
-       Ríos de hombres documenta un proceso trágico y doloroso que dura siete años.

-       Bill Nichols sugiere en su libro La representación de la realidad que la investigación debe ser similar a la de una tesis: planteas una hipótesis y la demuestras, afirmativa o negativamente. ¿Cuál fue la hipótesis inicial de tu documental?
-       Para mi una búsqueda (cinematográfica o de otra índole) que parte de una Tesis la cual al final se comprueba, es una búsqueda superflua y carente. La realidad siempre es mucho más compleja que nuestras preconcepciones. Llegué hace siete años a Bolivia queriendo contar la historia de la victoriosa Guerra por el Agua. Creyendo que de alguna manera al hacerlo podría formar parte de este triunfo. Me parecía un triunfo importante de contar. Sin embargo mi intención inicial de quedarme tres meses en Bolivia quedó detrás, me encontré con una realidad compleja, con ciertos factores que contradecían ligeramente el relato de triunfo hasta llegar el punto de tener que abandonar mi idea inicial y terminar creyendo que se acercaba más a una derrota.

-       El tratamiento de lo que podríamos decir la primera mitad de la película se concentra en la parte histórica, mostrando y explicando un poco lo sucedido en febrero de 2000. ¿Cómo lograste conseguir imágenes de archivo y cuánto aportaron los protagonistas a quienes entrevistas?
-       Después de varios años viviendo en Cochabamba pude contactar con gente que tenía tomas de archivo y que había salido a grabar durante esos días en el 2000. 

-       El general José Antonio Gil aparece como una especie de hidalgo que se sacrificó para evitar la masacre. ¿Por qué no dice nada sobre el capitán Robinson Iriarte, que fue quien disparó a Víctor Hugo Daza y sigue impune?
-       Tengo más de 200 horas de grabación. Tengo material que explora mucho más a profundidad los detalles de la guerra. El General Gil por supuesto que habla del francotirador. Tengo material en donde se muestra cómo los Aguateros y Perforadores de Pozos fueron algunos de los primeros grupos que comenzaron a movilizar a la gente (siendo grupos que llevan años lucrando con la escasez de la gente, se sentían amenazados ante una posible solución del problema del agua). Tengo también, por ejemplo, pruebas de cómo la casa en donde viví por muchos años en Cochabamba (Junín y Jordán, en el mero centro), ahora paga casi un 200% más de lo que se pagaba ahí en el 2000.
A lo que quiero llegar con esto es que tengo una investigación y material para hacer una serie, sin embargo necesitaba editar y armarlo de tal manera en que la película fluyera sin detenerme en los detalles. Iriarte me parecía una de esos detalles, en donde el peligro era crear un antagonista en la historia, un malo. Para mí es importante que no haya malos, entender la idea de que todos somos los malos, en que todos somos responsables y culpables, así como redentores.
-       La segunda mitad del documental se desmarca de la evocación y trata de mostrar que más bien no se ganó nada, puesto que Cochabamba no ha solucionado sus problemas acuíferos. ¿Es una tesis muy complicada de afirmar en Bolivia, dada la fuerza que este levantamiento tiene aún en la memoria colectiva?
-       La cosa es que es eso simplemente la Guerra del Agua, una supuesta afirmación en la memoria. Regresando al comienzo de la guerra, a lo que motivó al ciudadano común a salir a las calles, la gente salió porque creía realmente que iba a tener un peor servicio de agua: que le iban a subir la factura de agua un 400% (yo revisé las facturas de esa época y de las 60,000 facturas de ese entonces, sólo 900 [incrementaron] a un 300-400%. Un número pequeñísimo, aparte de que estas facturas eran sólo viviendas de la zona norte y comercios que consumen mucha agua). La gente no sólo creía que iba a tener que pagar más por el agua sino que privatizarían el agua de lluvia y que sería prohibido recolectarla (otra idea falsa, pecado de la película española También la lluvia. Si uno se pone a pensar cómo llevar a cabo semejante cosa -se me ocurre contratar a un ejército de 10,000 personas e ir casa por casa cada que llueve- se da uno cuenta que no es posible).
Siendo estas las razones que empujaron a la gente a salir a las calles, bajo esta premisa, la gente fue engañada.
En la copia final que saldrá en los cines hay una entrevista con Evo Morales el cual admite que la guerra del agua no sirvió para mejor el sistema de agua de la gente sino que fue una lucha política, un triunfo político. Bajo la premisa de que la guerra del agua sirvió como triunfo político, requeriría todo un libro de explicación. Sin embargo, mi conclusión en este tema es que no hay un verdadero cambio de lógica. El poder está en manos de otro sector, pero con la misma lógica. Una lógica que para fortalecer la identidad propia necesita desacreditar y hacer menos a otros grupos sociales (esto me suena a colonialismo). La carretera es otro ejemplo de que no existe verdaderamente una nueva lógica.

-       ¿En qué quedan ahora los papeles de dirigentes como Óscar Olivera? Es muy sugerente la frase del señor que afirma que el pecho a las balas lo pusieron los anónimos —los de la calle—, que no fueron a Europa ni están en las portadas o fotografías. Además, es llamativo que la denominada Coordinadora del Agua no se manifieste acerca de la intención gubernamental de construir una carretera atravesando el Parque Nacional Isiboro Sécure.
-       Definitivamente la referencia de que la gente que puso el pecho durante la guerra del agua quedó olvidada y no viajó a Europa, es una crítica fuerte a Oscar Olivera. Me da gusto que pudiste leerlo, no mucha gente lo lee. Desconozco el paradero actual de Olivera y la Coordinadora, aunque hace varios años los seguí de muy cerca. Me parece que él tomó una gran ventaja de este suceso. Se que desde un inicio Olivera hizo unas movidas desleales y de arrebato de poder para figurar como líder.
Lo que si es muy claro es que la gente fue engañada (con lo de la lluvia,
el 400%, con su condición actual del agua) y la Coordinadora y Olivera se benefician de este engaño.

-       El documental cierra con un fuerte cuestionamiento a lo que hacemos los humanos destrozando al planeta y descuidando el cuidado del agua, del cual no somos dueños, y planteando que la Madre Tierra empieza a cobrarse nuestra estulticia. Más allá de un probable eslogan ecológico que alguien podría encontrar ahí, ¿qué se puede hacer, de manera tangible, para solucionar los problemas hídricos que se vendrán en Cochabamba y otras decenas de ciudades en el globo?
-       Mi intención en ningún momento es crear un discurso ecológico. Yo no creo en las luchas ecológicas, de hecho no creo en las luchas colectivas en general. Sin embargo la lucha ecológica parte de la idea de que el ser humano es el portavoz y defensor de la naturaleza. Percibe a la naturaleza y en este caso al agua como algo frágil, cuando es todo lo contrario. El ser humano es el frágil cuando se trata de la naturaleza. Reforestar, cuidar al agua, reciclar, son pequeñeces insignificantes de la importante que nos creemos, de lo eterno que nos percibimos. Pero estoy convencido que la Tierra tiene otra medida de tiempo, una en la que 100 años no es toda una vida. Estoy seguro que para la Tierra pronto llegará el día en que después de un dormir y despertar ni siquiera se acuerde de nosotros, en que ni siquiera exista un rasgo humano.
Y por ende, no hay soluciones bajo la lógica que rige al ser humano contemporáneo. Un ser atemorizado por la muerte que construye su medicina alrededor de cómo empujarla más lejos y no cómo recibir la muerte con calma. Un regante que salió a pelear en la guerra del agua construye un pozo de agua y se pelea con su vecino que agarra agua, porque cree que como ese pozo es de él, el agua debajo le pertenece. (Misma lógica de la empresa privatizadora). Un boliviano que está en contra del Neoliberalismo, de la Frontera y de los Estados Unidos, sin embargo después de 7 años viviendo en Bolivia por no tener tez obscura se me trata de inferior, de no ser de la Tierra y de este modo contribuyendo a la construcción de un muro más alto. Un mexicano que se queja del maltrato hacia sus compatriotas en Estados Unidos, sin embargo el maltrato de los mexicanos a los centroamericanos es infinitamente peor. Yo soy ese boliviano, ese mexicano, ese estadounidense, ese director de la empresa, ese ser atemorizado por la muerte. Difícilmente podrá salir de mí una solución sensata, una solución con una nueva lógica. Y por eso digo que esta película es tan dolorosa, porque me di cuenta de mi propia incapacidad humana, que no es sólo mía, sino la de todos, y se comprueba por qué por más que busco sigo sin encontrar una lógica nueva, una lógica distinta ni virtuosa.

IMÁGENES: TIN DIRDAMAL.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Cine para preservar el medio ambiente



Las 19:00 de hoy marcan el inicio de un ciclo distinto y muy importante para la Cinemateca. Se trata de la 1ª Muestra del Festival Internacional de Cine del Medio Ambiente en Latinoamérica y el Caribe, que además tiene carácter gratuito para acceder a todas las funciones.
La muestra se inicia esta noche con el acto de inauguración, en el que intervendrán Mela Márquez –Directora ejecutiva de la Fundación Cinemateca Boliviana, la señora Yoriko Yasukawa –Coordinadora Residente del Sistema de Naciones Unidas en Bolivia y la señora Elisa Panadés Representante de la FAO en Bolivia.  Posterior al acto, será proyectada la película Los días de la Tierra, documental en el que el realizador británico/estadounidense Robert Stone narra la historia del movimiento medioambiental moderno, quien expuso en el New York Times que esta onda ecologista contemporánea “ha sido víctima de su propio éxito en el esclarecimiento de los problemas concretos con aire y agua. Pero eso es sólo parte del problema. Cada Día de la Tierra es un reflejo de dónde nos encontramos como cultura. Si se ha masificado tanto, el consumismo sobre [lo] verde en lugar de un cambio sistémico, es un reflejo de nuestra sociedad”.
El viernes 9 será el turno de Play again (Tonje Hessen Schei, EEUU) a las 15:00. Se trata de un documental respecto a las consecuencias que se generan cuando los niños y las niñas pasan mucho tiempo en frente de los mundos virtuales disponibles más que en los espacios naturales y cómo se desenvuelven cuando afrontan uno de éstos. De acuerdo con el sitio de la película, obtuvo más de siete premios en Estados Unidos y Europa como Mejor Documental, Mejor Película de Educación y Mejor Documental otorgado por el Público. A las 19:00 se proyectará Green (Patrick Rouxel, Francia), “una película extraordinaria que narra el drama de la deforestación y la extinción de los bosques a través de la agonía de un orangután. Ésta es una historia compuesta sólo por imágenes, sin entrevistas y en la que sobran las palabras”, según acota Agnès Pérez en su bitácora. La película obtuvo el premio Ciudad de Pamplona a la mejor película, en la novena edición del Festival Telenatura 2010.
El sábado 10 por la tarde, a las 15:00, es la primera función para los niños con una compilación de siete cortometrajes para ellas y ellos. La selección incluye Mundo Tortuga (Nick Hilligos, Australia), El bosque del Zorrito (Rubén Silva, México), No penguin’s land (Marcell Barelli, Suiza), Vida: las aventuras de Salva en un Nuevo Mundo (Álex Ruiz, España), Desde adentro (Rafael Macazaga, México), El cuento más antiguo del mundo (Jaume Rofes, España) y Pequeños investigadores (Mariana Wenger, Argentina). A las 19:00 se presentará Adictos al plástico (Ian Conacher, Canadá), un asombroso viaje global para investigar la verdad acerca del material de los mil usos que tiene al petróleo como base y cuyo uso abusivo está dejando tras de sí un fuerte legado tóxico. Son tres años de grabaciones en 12 países distintos de cinco continentes siguiendo el sendero del plástico. De acuerdo con Ecoconscious: “Ian dijo que los desechos de plástico que las empresas de tiran se acumulan en todas partes del mundo y especialmente en el medio del Océano Pacífico. En algunos lugares de la India, se recicla el 60 por ciento de todos lo que producen. En la India, la mayoría de la gente pobre es la encargada de reciclar. Ian dice que las personas deben ser conscientes de cómo están utilizando el plástico en sus productos”.
El domingo 11, la función de la tarde repite los cortos infantiles. La de las 19:00 propone Aquí para permanecer (Oliver Bourgeois y Pierre Barougier, Francia), que analiza la edificación descontrolada, las especies extintas, el agotamiento de los recursos naturales y el calentamiento global, todos ellos causantes de profunda ansiedad. La película ilustra la intrincada relación y los contrastes entre los milagros de la naturaleza y la obsesión del hombre por intentar dominarla.
Lunes 12 y martes 13 son días de reposiciones. El primer día se exhiben Play again a las 15:00 y Adictos al plástico a las 19:00. El segundo, Green a las 15:00 y Aquí para permanecer a las 19:00.
El miércoles 14, a las 15:00 se proyecta One water (Sanjeev Chaterjee y Ali Habashi, EEUU), cinta que proclama las innumerables maneras que tiene el agua de afectar a la vida humana en todo el planeta. Producida en 15 países de ambos hemisferios, la película enlaza conmovedoras secuencias visuales con música y los obligados comentarios de los expertos. “Normalmente no se espera que un documental ecológico y auspiciado por universidades sea visualmente apasionante y tan narrativamente sofisticado como una película de Bertolucci”. Así definió The Miami Herald a la película, realizada por un equipo de profesores y graduados de la Universidad de Miami con el objetivo de generar conciencia sobre la escasez de agua potable en el mundo y así acercar una temática que debería estar presente en la preocupación de todos los Estados. A las 19:00 se estrena Vivamazonia (Francesco Cannito, Brasil-Italia), cuya trama se concentra en medio de la selva del Brasil, en río Jauperi, un lugar de muy difícil acceso, sin servicios básicos y con un alto nivel de analfabetismo, donde una pareja de europeos ha conseguido llevar hacia adelante una escuela para enseñar a los niños y niñas que viven en la zona. La película obtuvo el Sol de Oro en Barcelona.
El jueves 15 por la tarde, a las 15:00, se repone One water. A las 19:00 se difundirá Tesoros descartados (Ethan Steinman, Argentina), que acompaña durante un año la vida de Blanca, una recolectora de cartones en Buenos Aires, quien subsiste de esa manera junto a sus siete hijos. Caminando con los habitantes de Villa La Carcova, metiéndose en sus casas y en sus corazones, el director estadounidense capta con sus cámaras y micrófonos, el lado humano de la indigencia. Pobreza, marginación, drogas, delincuencia pero también dignidad, enmarcan la vida de los personajes —reales— que intervienen en la película, ganadora de la mención al mejor documental internacional y Premio Ciudad del Prat.

IMÁGENES: WWW.FICMA.COM/UNEP.